martes, 20 de octubre de 2009

Soledad Vidal



Un incomprendido en su época ¿Es posible vislumbrarlo en nuestros días?
Una ingeniosa invitación a descubrir

Tenemos la costumbre de mirar sin agudizar nuestros sentidos, estamos mal acostumbrados a los discursos fáciles, por eso es sabido decir que el visitante suele encontrar dificultades para comprender las exposiciones de arte contemporáneo, a causa de la ausencia de información que explique el sentido de las obras. ¿Es realmente necesario explicar? Cuando las obras hablan por si solas, cuando el discurso y la disposición de las obras cuentan una historia mágica que cada detalle, cada pista, te invita a descubrir, reflexionar, conocer y quizás entender el pensamiento contemporáneo.

Un gran ejemplo de ello es la exposición que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía dedica a Francesco Lo Savio, un precedente del minimalismo no reconocido en su época, un incomprendido que contribuye con un nuevo lenguaje rompedor, siendo de esta manera, uno de los precursores de esta tendencia minimalista y del arte conceptual en Europa. Un adelantado por casi diez años que produjo su trabajo con conjeturas propias, un innovador que debiese ser considerado con la misma fuerza que otros, como Yves Klein o Richard Serra.

Es la primera muestra que se realiza sobre Francesco lo Savio en España, en la cual se presenta 120 piezas, aproximadamente un ochenta por ciento de sus obras en sus cortos cinco años de actividad artística, carrera muy breve, pero muy desarrollada a la vez. Aunque su muerte fuese muy temprana, Lo Savio se impone como uno de los personajes más importantes en la escena artística de la segunda mitad del siglo XX, innovando tan decisivamente que pocos comprendieron su obra en su propia época y hasta hace muy poco, es posible preguntarse si podemos percibirla en nuestros días y alcanzar el verdadero vislumbrar del pensamiento del italiano.

Su obra, absolutamente fértil y radical, al observarse no admite la pasividad sino que incita a un dialogo con el espectador, una incitación a analizar, ya que su obra es sentida y pensada, cada serie encierra un argumento, una profundidad del cambio de materialidad, espacio, luz y dinamismo que va mas allá de lo que podemos percibir a simple vista.

En el comienzo de esta muestra se invita a iniciar el recorrido con un par de piezas de la serie de “Metalli”. En la entrada una especie de libro abierto de metal que insita al descubrimiento y la investigación de un discurso mágico, que principia con una pintura informalista, descuidada y poco conservada, pero que está contenida en amaneceres, hacia una metamorfosis de constelaciones que buscan alienarse en lo esencial, la búsqueda de la pureza.

Lo básico se hace fuerte y absorbe la energía de las sensaciones convirtiéndose en fantasmas que nos obligan a percibir con atención su mensaje y a expandir el espacio de observación. La serie “Spazio-luce” contiene su enorme preocupación por la luz y el espacio, fundamental en toda su obra. Desde la insinuación y sutileza a lo evidente, pero aún siendo claro, el descubrimiento aquí no termina.

En la serie de los “filtri” manifiesta más evidentemente su preocupación por el uso y la incidencia de los materiales, utiliza superposición de papel translúcido y una experimentación continua. Los “Metalli”, son un cambio radical con respecto al material, utiliza elementos industriales que a pesar de la densidad estática de esta serie, se dinamiza, se desmaterializa en su propio significado, realmente un hermoso purismo escultórico colocado en la pared como una pintura, esto reta a la clasificación del objeto artístico. Claramente esta serie de obras tienen mucho que ver con el trabajo de Richard Serra, dejando en evidencia que Lo Sabio fue su precursor.

Este recorrido mágico es sellado con “Articolazione totale”, son cuatro estructuras cúbicas que articulan y resumen todo lo que el artista plantea con anterioridad, además de la serie de estudios en papel, existe una exquisita mezcla y coexistencia que explican como debe ser el logro de la arquitectura, se vislumbra su interés y pasión por está disciplina, sobre todo en sus últimos momentos, pues paradójicamente terminó con su vida en una casa construida por Le Corbusier en la Cité radieuse de Marsella. Una muerte prematura, un período corto de producción, pero intenso y una difícil clasificación de su trabajo que contribuye a la poca comprensión de sus obras.

Lo Savio pertenece a la historia del arte contemporáneo no oficial, su obra a permanecido durante mucho tiempo sin vislumbrarse y gracias a una buena organización del montaje de la exposición, el comisario de la muestra Daniel Soutif, nos realiza una ingeniosa invitación a descubrir de principio a fin, cada una de las obras de Lo Savio, cada uno de sus procesos e intenciones, además de su rápida maduración. Nos invita a observar y agudizar nuestros sentidos, para comprender a este artista con identidad propia que deja un legado que aún podemos seguir revelando.

Soledad Vidal.

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