martes, 27 de octubre de 2009

Jennifer Calles


Un arte libre y urbano


Del 15 al 17 de Octubre, uno de los barrios más céntricos de Madrid, el Triángulo de la Ballesta, acogía la campaña publicitaria internacional Hugo Create. Bajo la excusa de un concurso de jóvenes creadores, la conocida marca comercial Hugo Boss llenó de carteles, vallas y hasta esculturas publicitarias las calles y comercios de la zona, y todo ello bajo la etiqueta de “evento cultural”. Algunos medios se hacían eco de esta noticia calificando el acto como transformación de la urbe en “galería de arte al aire libre”. Pero, ¿en qué momento vender colonia se ha convertido en arte? Si seguimos tal razonamiento, no sería descabellado decir que las paredes del metro forradas de publicidad en realidad no son campañas comerciales sino instalaciones artísticas, como los trailers que vemos en la televisión, que no serían anuncios sino piezas de videoarte. Y es que, ¿acaso toda publicidad es arte? Obviamente no. Cierto es que en ocasiones el mercado crea cultura, pero que se utilice la cultura para generar mercado, aunque suceda continuamente dentro de nuestra sociedad de consumo, no parece ser un fin muy digno para el arte.

Algunos afirman incluso que con estas iniciativas Hugo Boss fomenta el “arte libre y urbano”. Pero el diseño publicitario nunca fue un arte libre. En este sentido, el grupo PSJM ha decidido poner en evidencia las técnicas mercantiles del arte apropiándose de ellas. Pronto, en el festival Ingráfica´09 de Cuenca podremos ver cómo carteles y anuncios publicitarios les sirven de soporte.

Además, hacer uso indiscriminado del espacio público para promocionar un producto se aleja bastante de la idea de arte urbano. Menos mal que el 20 de octubre, el colectivo “luzinterruptus” llevaba a cabo en Malasaña una de sus impactantes acciones, Hemorragia urbana, para recordarnos que todavía sobreviven verdaderos ejemplos de arte callejero y contracultura en nuestra ciudad.

Jennifer Calles.

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