martes, 27 de octubre de 2009

Eva Ortega


Arte accesible

Con motivo del HAY Festival de Segovia, el pasado 27 de septiembre la artista Zoe Strauss dio una conferencia. Strauss es una fotógrafa de un suburbio de Filadelfia que con 30 años decide comprar una cámara de 35 mm y lanzarse a atrapar imágenes de su barrio.

Dedica su trabajo a preparar la exposición I-95, realizada cada año con 231 fotos pegadas a los pilares que sujetan una autopista cerca de su casa. La muestra se monta el mismo día, dura 3 horas, y la gente puede comprar su obra a un módico precio (5 $). Sus fotos también están en un blog, en flickr y en su página web, donde se pueden comprar por el mismo dinero.

Siendo una artista que podría vender más caro, ha optado por hacer su arte más accesible. Según ella es absurdo encarecer la obra poniendo límite a la edición de un medio que por su naturaleza es reproducible hasta el infinito. Tiene razón en no seriar su obra, pero tampoco se puede considerar como obra original la fotocopia en color de una fotografía, que es lo que se ofrece desde su página web.

Strauss es autodidacta y tiene una técnica básica, pero también un ojo agudo y fresco para captar la realidad. Sus imágenes recogen textos urbanos, arquitectura y retratos de extraños. Tiene una producción masiva y eso hace que no todas sus obras tengan la misma calidad, de lo que ella misma es consciente y se reprocha que algunas fotos hayan pasado sus propios filtros.La obra de Strauss es accesible por su bajo coste y por exponer en lugares populares. Pero que una obra sea accesible no significa que sea buena. La calidad no debería vincularse con el precio o con el lugar de exposición. Su obra es buena por otras razones, como por su visión personal, y por su interés en el color y la composición. Y es de admirar su voluntad de mover la conciencia crítica, de que su vecindario vea el arte como algo cercano, y de situar la obra en el espacio público.

Eva Ortega.

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