miércoles, 18 de noviembre de 2009

Eva Ortega


CABEZAS DE IFE

Como organismos vivos, las culturas están en constante evolución. Cuando el etnógrafo alemán Frobenius vio las esculturas de la ciudad de Ife, le sorprendió encontrar un arte naturalista en plena selva de Nigeria. En defensa del difusionismo cultural, relacionó Ife con el posible contacto de una colonia griega que transmitiera su clasicismo. Pero la cultura de Ife cuenta con un desarrollo independiente y un apogeo entre los siglos XII y XV.

Las culturas exóticas siempre han causado curiosidad, por eso los coleccionistas europeos en sus expediciones colonialistas recolectaron objetos para mostrarlos en Occidente. De la antropología pasamos a un renovado interés por el arte africano durante el periodo de las Vanguardias.

Entonces las piezas se exhibieron en exposiciones de arte junto a obras de Picasso, Léger o Derain. La mirada cambió y los artistas occidentales descubrieron los objetos africanos, considerados hasta entonces materiales etnográficos. Como dijo el antropólogo James Clifford, el arte no es universal, sino una categoría cultural cambiante de Occidente.

Con la exposición Dinastía y divinidad. Arte Ife en la antigua Nigeria, redescubrimos una cultura, a través de las más de 100 obras que han sido prestadas por la Comisión de Museos de Nigeria para itinerar en Europa y Estados Unidos hasta 2011.

Por la oscura y estrecha sala con vitrinas llenas de esculturas de barro, cobre y piedra, nos parece entrar en un museo de antropología o arqueología, donde se muestra el rico patrimonio escultórico de Ife, que a su vez refleja la riqueza que debió existir en sus costumbres, joyería, símbolos de poder y mobiliario. La mayoría de las obras expuestas se hallaron por casualidad en casas y palacios de Ife durante el s XX, y un reducido número se utiliza todavía por la dinastía Yoruba. Al carecer en general de contexto y datación, las piezas están organizadas formal y temáticamente.

Un mito de los Yoruba, similar a la tradición judeocristiana, cuenta que el dios Obatalá modeló con arcilla a los humanos. En cambio, cuando Obatalá estaba borracho los hacía deformes. Las esculturas de Ife muestran un arte especializado: realismo para representar las malformaciones, idealización para las cabezas de sus reyes-dioses y deformación abstracta para sus cónicos sacerdotes.

Predominan en la muestra las cabezas, algunas con curiosas líneas verticales que atraviesan los rostros, como velos simbólicos que ocultan la cara de los reyes. También se pueden encontrar animales, cetros, abalorios y taburetes con carácter espiritual según el animismo. Muchas obras son complejas técnicamente por la difícil aleación de cobre con la que están hechas.

Se incluye escultura de Benín, esquemática heredera de Ife, que siguió usando el mismo metal y elementos iconográficos. La exposición es una invitación a descubrir la rica y diferente cultura de Ife. Seguramente el espectador saldrá sorprendido y con la sensación de estar descubriendo un tesoro más del arte africano.

Eva Ortega.

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